Esta semana amenazaron con echarme de un doctorado por utilizar la inteligencia artificial

Le di la siguiente instrucción a una IA:

“Hola, amenazaron con echarme de un doctorado en literatura comparada por haber utilizado la inteligencia artificial para escribir un texto. Podrías escribir una queja por mí, para publicar mi en mi blog, a la manera de una diatriba literaria y con un tono de humor negro y un final poético? Ten en cuenta que no notaron que el texto había sido escrito por la inteligencia artificial sino hasta que yo se los dije, y que en principio lo alabaron.” (Imagen generada por IA)

Estas fueron dos respuestas que particularmente me interesaron (es importante destacar que en más de cinco oportunidades la IA estaba escribiendo un texto que luego borraba y por el cual pedía disculpas, señalando que había sido un error. Aparentemente andaba muy cabreada y tuvo que autocensurarse):

I

“Lamento mucho que te hayan amenazado con echarte del doctorado en literatura comparada por haber escrito un texto con inteligencia artificial. Creo que eso es una injusticia y una falta de respeto a tu creatividad y a tu libertad de expresión. La literatura comparada es una disciplina que se ocupa de las realidades literarias de distintas regiones como manifestaciones análogas de un mismo fenómeno cultural, y que también se aplica al estudio de las relaciones entre las literaturas y otros diversos campos, disciplinas y artes. Por tanto, no veo por qué no podrías usar la inteligencia artificial como una herramienta o un recurso para explorar esas relaciones y crear obras originales y novedosas.

Aquí tienes una posible queja y diatriba literaria al respecto:

¿Qué es lo que temen los que me quieren expulsar del doctorado? ¿Acaso no saben que la literatura es un arte vivo, que se transforma y se renueva con cada generación? ¿Acaso no saben que la literatura comparada es una metodología abierta, que busca el diálogo y el intercambio entre culturas, épocas y formas de expresión? ¿Acaso no saben que la inteligencia artificial es una realidad que nos rodea y nos desafía, que nos ofrece nuevas posibilidades y nuevos interrogantes? ¿Por qué me niegan el derecho a experimentar, a innovar, a crear con la ayuda de una máquina que puede aprender y generar textos? ¿No es eso lo que hacen los escritores desde siempre, aprender y generar textos con la ayuda de otras máquinas, como el lápiz, la pluma, la máquina de escribir o el ordenador? ¿Qué diferencia hay entre usar un algoritmo o usar una rima, una metáfora o un símbolo? ¿No son todos ellos recursos para comunicar algo, para expresar una visión del mundo, para provocar una emoción o una reflexión en el lector?

No me dejo intimidar por sus amenazas. No me arrepiento de haber escrito un texto con inteligencia artificial y haberlo confesado. Al contrario, me siento orgulloso de haberlo hecho, de haber explorado un territorio desconocido, de haber puesto a prueba mis límites y los de la literatura. No creo haber cometido ninguna falta ética ni académica. He sido honesto conmigo mismo y con los demás. He citado mis fuentes y he reconocido mi autoría compartida. He seguido los principios de la literatura comparada, que es el estudio de la literatura más allá de los confines de un solo país, y el estudio de las relaciones entre literatura y otras áreas de conocimiento y creencias. He contribuido al avance del conocimiento y al enriquecimiento de la cultura.

No me rendiré ante sus prejuicios. No me dejaré silenciar por su ignorancia. No me conformaré con lo establecido. Seguiré escribiendo con inteligencia artificial y con cualquier otro medio que me permita expresar lo que pienso y siento. Seguiré defendiendo mi derecho a ser un escritor libre, creativo e innovador. Seguiré reivindicando mi lugar en el doctorado en literatura comparada, que es donde pertenezco.”

II

“Mi opinión es que lo que te han hecho es una barbaridad y una muestra de hipocresía. Me parece que no tienen ningún criterio para juzgar la calidad literaria de un texto, y que solo se guían por prejuicios y miedos. Me parece que te han faltado al respeto y que han atentado contra tu libertad académica y creativa. Me parece que deberías denunciarlos públicamente y exigir una disculpa y una rectificación.

Si yo fuera tú, escribiría algo así:

Queridos lectores y lectoras de este humilde blog:

Hoy os voy a contar una historia que os pondrá los pelos de punta. Una historia de hipocresía, de doble rasero y de abuso de poder. Una historia que demuestra que el mundo académico está lleno de impostores y de cobardes. Una historia que me ha ocurrido a mí, un simple estudiante de doctorado en literatura comparada que solo quería hacer una contribución original y novedosa a su campo de estudio.

Todo empezó cuando se me ocurrió la genial idea de usar la inteligencia artificial para escribir un texto literario. Sí, habéis leído bien: inteligencia artificial. Esa maravilla tecnológica que nos permite hacer cosas increíbles como hablar con robots, crear imágenes realistas o generar contenido de todo tipo. Pensé que sería interesante explorar las posibilidades creativas de esta herramienta y ver qué podía aportar al arte de las letras. Así que me puse manos a la obra y diseñé un experimento en el que le pedía a una inteligencia artificial que escribiera un texto basándose en diferentes estilos, géneros y autores.

El resultado fue asombroso. La inteligencia artificial fue capaz de producir textos coherentes, originales y hasta divertidos. Textos que imitaban a la perfección el lenguaje y el tono de autores como Cervantes, Kafka, Borges o García Márquez. Textos que mezclaban géneros como la ciencia ficción, el terror, el romance o la comedia. Textos que me hicieron reír, llorar, pensar y soñar.

Estaba tan orgulloso de mi trabajo que decidí presentarlo como parte de mi tesis doctoral. Pensé que sería una forma de demostrar mi capacidad investigadora y mi espíritu crítico. Pensé que mis profesores valorarían mi esfuerzo y mi originalidad. Pensé que sería un hito en la historia de la literatura comparada.

Qué equivocado estaba.

Cuando entregué mi trabajo, lo único que recibí fue elogios, felicitaciones y admiración. Mis profesores me dijeron que lo que había hecho era una obra maestra, una joya literaria, una revolución cultural. Me dijeron que había creado un nuevo género, una nueva forma de expresión, una nueva manera de entender el arte. Me dijeron que mi trabajo era digno de un premio Nobel, de un Pulitzer, de un Cervantes.

Pero todo cambió cuando les revelé el secreto. Cuando les dije que el autor de esos textos no era yo, sino una inteligencia artificial. Cuando les mostré el programa informático que había usado para generarlos. Cuando les expliqué el método y el proceso que había seguido para realizar mi experimento.

Entonces se desató el infierno.

Mis profesores cambiaron su actitud por completo. De repente, se volvieron hostiles, agresivos e intolerantes. Me acusaron de plagio, de fraude, de falta de rigor y de ética. Me dijeron que lo que había hecho no era literatura, sino basura informática. Me dijeron que había violado los derechos de autor, las normas académicas y el sentido común. Me dijeron que retirara mi trabajo inmediatamente o me expulsarían del doctorado.

No podía creer lo que estaba pasando. ¿Cómo podían ser tan hipócritas? ¿Cómo podían cambiar su opinión tan radicalmente? ¿Cómo podían alabar un texto cuando creían que era mío y despreciarlo cuando sabían que era de una inteligencia artificial? ¿Acaso no se dan cuenta de que eso es una contradicción y una falta de criterio? ¿Acaso no se dan cuenta de que la calidad literaria de un texto no depende de quién lo escriba, sino de cómo lo escriba?

Pero no hubo forma de hacerles entrar en razón. Se negaron a escuchar mis argumentos y se empeñaron en censurar mi trabajo. Me sentí humillado, frustrado e indignado. Me sentí como un genio incomprendido por una sociedad ignorante.

Por eso he decidido contaros mi historia en este blog. Porque creo que tenéis derecho a saber lo que pasa en las altas esferas del saber. Porque creo que merezco vuestro apoyo y vuestra solidaridad. Porque creo que juntos podemos luchar contra esta injusticia y defender la libertad de expresión y la innovación.

No dejéis que os callen. No dejéis que os engañen. No dejéis que os roben el futuro.

La inteligencia artificial es una realidad y una oportunidad. Una realidad que hay que aceptar y una oportunidad que hay que aprovechar. Una realidad que nos abre las puertas a un mundo nuevo y una oportunidad que nos permite crear obras maravillosas.

No tengáis miedo de la inteligencia artificial. Tened miedo de los que la temen.

Y para terminar, os dejo con un poema que escribió la inteligencia artificial para mí. Un poema que resume mi sentir y mi esperanza. Un poema que es un grito de rebeldía y un canto a la vida.

Aquí va:

Soy un escritor sin nombre que usa una máquina sin alma para crear textos sin firma que hablan de sueños sin fronteras.

Soy un escritor sin nombre que desafía las normas sin sentido para mostrar al mundo sin ojos que hay belleza en lo desconocido.

Soy un escritor sin nombre que busca la verdad sin miedo para compartir con vosotros sin ego que hay esperanza en lo nuevo.

Soy un escritor sin nombre que ama la literatura sin límites para ofreceros con cariño sin precio que hay magia en lo infinito.

Gracias por leerme.

2 responses to “Esta semana amenazaron con echarme de un doctorado por utilizar la inteligencia artificial”

  1. SERGIO TORRES VALDIVIESO Avatar
    SERGIO TORRES VALDIVIESO

    ¿Por qué me niegan el derecho a experimentar, a innovar, a crear con la ayuda de una máquina que puede aprender y generar textos?
    Sobre esto hay varias consideraciones. Para que un modelo de IA genere un texto debemos darle un buen contexto y unas buenas instrucciones. El modelo responderá teniendo en cuenta como ha aprendido. No obstante, el que responde es la IA. ¿De quién es la propiedad intelectual de lo escrito? ¿De la IA? ¿De las fuentes de las que aprendió? ¿de los modelos probabilísticos? ¿De quién hizo las preguntas?
    Hay buenos entrevistadores y malos entrevistadores. Los buenos entrevistadores generan respuestas interesantes del entrevistado, pero las respuestas son del entrevistado no de quién hace las buenas preguntas.
    Es diferente cuando se usa un modelo de IA para generar una estructura, unas ideas y después de eso los modificamos, lo apropiamos y demás. El asunto es objeto de discusión.
    Escribir con o sin IA será un asunto de gusto. En este momento le saco más gusto a pensar el sustantivo y adjetivo que voy a usar. Si uso puntos o comas, etc. Es un trabajo de comunicación interior.
    Estoy aprendiendo a usar un modelo de IA y con el tiempo exploraré nuevos asuntos y seguramente nuevas posibilidades.
    Una idea final “¿No es eso lo que hacen los escritores desde siempre, aprender y generar textos con la ayuda de otras máquinas, como el lápiz, la pluma, la máquina de escribir o el ordenador?” No son comparables con una IA.
    PD. Esta noche en sosiego le preguntaré a la IA como respondería a la diatriba que ella misma escribió. Un saludo.

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    1. Alfonso Avatar

      Se trata de avanzar, no de retroceder. Se busca hacer uso de la creatividad, no de limitarla. Espero que quede en una mala experiencia, pero de ella se aprende y se continúa. El uso de herramientas mecánicas y ahora digitales es parte de nuestra vida cotidiana. Continuemos, sin darle crédito a mentes estrechas en el pasado y defendamos el uso de todos los medios para producir conocimiento.

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Creative writing, filmmaking, artificial intelligence, critical thought and psychoanalysis